jueves, 30 de octubre de 2008

La reanimación no puede ser interpretada como encarnizamiento terapéutico


Supongo que no tendrá valor de principio axiomático y que quizá puedan existir excepciones, pero es evidente que la reanimación no debe ser interpretada como un encarnizamiento terapéutico. Y menos aún cuando el reanimado es un bebé prematuro. El diario "Osservatore Romano" denuncia la tendencia de muchos médicos a no reanimar a los bebés prematuros, cuando se descubren anomalías o enfermedades después de su nacimiento. Se les niega algo que a ningún ser humano se le haría. Los médicos se erigen en jueces de quién tiene que vivir y quién no. (Tomamos la notica de ABC.es)


El 'Osservatore Romano', el diario oficioso del Vaticano, ha denunciado la "alarmante" tendencia de los médicos a no reanimar a los neonatos prematuros que nacen con graves patologías, en base a un informe publicado recientemente por la revista 'Archives of Disease in Childhood'.
El artículo llama la atención sobre la filosofía "postmoderna" que se esconde detrás de esta tendencia y según la cual, el derecho a la vida cede el paso a su calidad". Este es el criterio por el que muchos médicos, en todo el mundo, dejan de reanimar a los niños prematuros con problemas, a pesar de las posibilidades que todavía existen de que sobrevivan, señala.
Se trata de un fenómeno "alarmante" ya que, según advierte, "no sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla" sino que "corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación", advierte.
"Al contrario de lo que piensan algunos, intentar la reanimación no puede considerarse un encarnizamiento terapéutico, teniendo en cuenta, además, que en el momento del nacimiento, todavía no se tiene certeza del pronóstico médico. De hecho, a ningún adulto se le suspendería el tratamiento si el pronóstico no fuera cierto", añade.
«No sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla» sino que «corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación»
El diario oficioso del Vaticano también subraya que "nadie se negaría a reanimar a un adulto para 'aligerar' el peso a los familiares", tal y como sucede en muchos casos de neonatos prematuros a los que se les deja morir. Así, considera que "se trata de elegir entre si tratar a los neonatos como ciudadanos o subordinar su tratamiento a nuestros miedos y al mito de la 'calidad de la vida'".

sábado, 18 de octubre de 2008

¿muerte digna?


ROMA, 14 (ANSA) - La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) condenó toda forma de eutanasia en un mensaje por la 31/a Jornada por la Vida, prevista para el primero de febrero del 2009.
La CEI invita a "no responder a estados permanentes de sufrimiento, reales o calificados de tales, reclamando formas más o menos explícitas de eutanasia".
Se trata, dicen los obispos, de una respuesta "falsa" porque "la vida humana es un bien inviolable sobre lo que no se puede disponer".
"Nunca puede legitimarse y favorecerse el abandono de los cuidados médicos, como tampoco, naturalmente, el empecinamiento terapéutico cuando cesan las razonables perspectivas de curación", agregan.
Los obispos invitan a no resignarse cuando "el peso de la vida parece intolerable" y a recurrir a "la virtud de la fortaleza" y al apoyo de las personas queridas.
El documento también hace un llamamiento a quien está cerca de las personas que viven el sufrimiento extremo, en especial a los parientes y los amigos de quien sufre, a los voluntarios y a quien sufrió y "sabe qué significa tener al lado a alguien que haga compañía, aliente y dé confianza".

jueves, 16 de octubre de 2008

suicidio asistido

Significa proporcionar en forma intencional y con conocimiento a una persona los medios o procedimientos o ambos necesarios para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, la prescripción de dichos medicamentos letales o su suministro. Se plantea como deseo de extinción de muerte inminente, porque la vida ha perdido razón de ser o se ha hecho dolorosamente desesperanzada. Cabe destacar, que en éste caso es el paciente el que voluntaria y activamente termina con su vida, de allí el concepto de suicidio.

Argumentos en contra El suicidio con ayuda médica, como la eutanasia, es contrario a la ética y debe ser condenado por la profesión médica. Cuando el médico ayuda intencional y deliberadamente a la persona a poner fin a su vida, entonces el médico actúa contra la ética. Sin embargo, el derecho de rechazar tratamiento médico es un derecho básico del paciente y el médico actúa éticamente, incluso si al respetar ese deseo el paciente muere

jueves, 9 de octubre de 2008

Un oncólogo explica bien las diferencias morales entre el dejar morir y el quitar la vida.

Con fecha del 3 de octubre se publica en el ABC un artículo de opinión de un oncólogo: "la humanización de la muerte vista por un oncólogo". Nos parece interesante reseñarlo porque establece una distinción interesante y fundamental y porque establece cuál es el camino que hay que seguir ante el dolor y el sufrimiento:

La distinción:

"La distinción entre matar al paciente y cesar el tratamiento para permitir que el paciente muera, puede ser muy sutil, pero debemos distinguir, desde el punto de vista ético, que no es igual «dejar morir» que «quitar la vida»".

El camino a seguir: los cuidados paliativos respetan la dignidad del paciente y no se confunden ni con la eutanasia ni con la obcecación o encarnizamiento terapéutico.

jueves, 2 de octubre de 2008

Una conferencia interesante


Se publica hoy en el Xornal Galicia Jueves, 02 Octubre, 2008 - 12:57 esta conferencia pronunciada por Jacinto Bátiz, titulada Humanizar el proceso de morir
La lucha contra la eutanasia debe ser positiva. El camino consiste en comprender el significado de la muerte y de la vida. El acto de matar (ya sea homicidio o suicidio) deshumaniza al hombre que mata y es contrario a la dignidad del que es "matado". Lo correcto es ayudar a morir, es decir, cooperar el proceso natural de morir mediante los cuidados paliativos.


No ha de abandonarse al enfermo cuando la tecnología y el conocimiento científico dejan de ser útiles para curar su enfermedad. Han de respetarse las intenciones del enfermo y conocer sus valores, manifestados bien en el documento de sus Voluntades Anticipadas o bien a lo largo de todo el proceso.

Morir no es un acto puntual sino todo un proceso. Ése es el punto de partida con el que Jacinto Bátiz, presidente de la Sección de Cuidados Paliativos de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios (Santurtzi), aborda la conferencia con la que, bajo el título “Humanizar el proceso de morir”, da comienzo -hoy a las 19:00 horas en la Biblioteca Bidebarrieta- la segunda temporada del foro socio sanitario Encuentros con la salud. “Este proceso de morir de los enfermos en situación terminal”, puntualiza el experto “requiere de una atención técnica y humana con la mejor calidad posible que busque la excelencia profesional, un derecho inalienable a la dignidad humana”. La humanización de este proceso se concreta en una serie de pautas valoradas por el presidente de la Sección de Cuidados Paliativos de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. “No ha de abandonarse al enfermo -ni los profesionales sanitarios ni sus seres queridos-, ni siquiera cuando la tecnología y el conocimiento científico dejan de ser útiles para curar su enfermedad. Para morir con dignidad es preciso estar acompañado por los seres queridos, libre de dolor y de sufrimiento, sin manipulaciones médicas innecesarias y con la asistencia sanitaria precisa”.
Una estrategia adecuada de Cuidados Paliativos ha de forjarse en función de los deseos del paciente, por encima de las consideraciones de su entorno. Jacinto Bátiz considera que “han de respetarse sus intenciones y conocer sus valores, manifestados bien en el documento de sus Voluntades Anticipadas o bien durante la relación que mantengan a lo largo de todo el proceso”.

El compromiso médico es otra cuestión relevante en este tránsito. Bátiz comprende que “para que el final de la vida de estos enfermos sea más confortable han de evitarse procedimientos terapéuticos que disminuyan su confort o aquellos otros cuya crudeza los convierta en más insufribles que la propia enfermedad. El encarnizamiento terapéutico, aún realizado bajo la mejor de las voluntades, es una batalla perdida que reduce la dignidad del ser humano”. El enfermo en fase terminal tiene derecho a no experimentar dolor. Dicha así, esta frase parece una declaración de amor al prójimo, un ejercicio de sensibilidad. El especialista en Cuidados Paliativos considera, sin embargo, que “el tratamiento del dolor no es una cuestión opcional ni un acto gratuito de caridad, sino un imperativo ético de la profesión médica. El código deontológico expresa esta cuestión con claridad”.Yendo un paso más allá, Jacinto Bátiz ejemplifica con enfermo, en fase terminal cuya patología “presente determinados síntomas que provoquen un sufrimiento insoportable e imposible controlar en los momentos del desenlace. Esta situación”, prosigue el especialista, “obliga al médico a disminuir la conciencia del enfermo para garantizar una muerte serena. No se trata, insisto, de un acto de buena voluntad sino de un imperativo moral”. No es extraño que, llegado el caso, el enfermo desee la muerte. “Es algo que sucede con relativa frecuencia”, recuerda el presidente de Sección de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. “Tenemos que tener presente que todo el mundo desea tener una buena muerte. Morir bien es una legítima aspiración de los seres humanos. Los profesionales de la salud están obligados a ayudar a sus enfermos para mueran sin sufrimiento. Esta buena práctica médica se expresa cuando se aplican las medidas terapéuticas proporcionadas, evitando la obstinación terapéutica, el abandono, el alargamiento innecesario y el acortamiento deliberado”.

A la hora de valorar los beneficios de los Cuidados Paliativos, Jacinto Bátiz esclarece que “no debe haber frontera en la curación y la paliación. Los cuidados paliativos han de comenzar desde el primer momento del diagnóstico de la enfermedad, con una relación médico-enfermo en la que la comunicación será la mejor herramienta. A medida que se acerca la muerte los profesionales sanitarios han de cambiar su papel de “consejero y cuidador profesional” por el de compañeros íntimos del viaje más solitario que un ser humano hace jamás”. Frente a la sensación de frustración que puede provocar en los profesionales sanitarios la muerte de un paciente, Bátiz considera que “cuando se consigue que el enfermo fallezca en paz, con comodidad y viendo que tanto él como su familia han recibido un apoyo emocional adecuado, se descubre que dar alivio a las molestias físicas y emocionales de una persona es tan importante como curar”. Desde esta perspectiva, “humanizar el proceso de morir beneficia por un lado al enfermo que sufre, a una familia asustada que no acaba de aceptar la situación y sufre por el ser querido, y al médico formado para luchar contra la muerte. Los cuidados paliativos contemplan esta triple realidad que configura el proceso de la muerte inminente en la sociedad actual. Si la sociedad comprueba que se humaniza el proceso de morir tendrá miedo a la muerte, pero no tendrá miedo al proceso de morir”. La Ley de Autonomía del Paciente (ley 41/2002) y la normativa deontológica (Código de Ética y Deontología Médica -Cap. VII-) regula de manera clara esta cuestión.Encuentros con la Salud es una iniciativa organizada de forma conjunta por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, el diario El Correo, la facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco y la agencia especializada Docor Comunicación y patrocinada por el Grupo QUIRON.

todos queremos morir dignamente

COMO QUEREMOS MORIR?
Todos queremos una buena muerte, sin que artificialmente nos alarguen la agonia, ni nos apliquen una tecnologia o unos medios desproporcionados a la enfermedad. Todos queremos ser tratados eficazmente del dolor, tener la ayuda necesaria y no ser abandonados por el medico y el equipo sanitario cuando la enfermedad sea incurable.
Todos queremos ser informados adecuadamente sobre la enfermedad, el pronostico y los tratamientos que dispone la medicina, que nos expliquen los datos en un lenguaje comprensible, y participar en las decisiones sobre lo que se nos va a hacer.
Todos queremos recibir un trato respetuoso, que en el hospital podamos estar acompanados de la familia y los amigos sin otras restricciones que las necesarias para la buena evolucion de la enfermedad y el buen funcionamiento del hospital. ¿Como queremos morir? Sin dolores.


Pudiendo rechazar tratamientos que prolongan artificialmente la vida. Informados sobre la enfermedad y las posibilidades de tratamientos, con palabras comprensibles. Pudiendo deci dir sobre lo que se nos va a hacer y rechazar tratamientos que prolongan artificialmente la agonia. Siempre tratados con respeto y carino por los profesionales de la salud. Estando acompanados de la familia y los amigos