Supongo que no tendrá valor de principio axiomático y que quizá puedan existir excepciones, pero es evidente que la reanimación no debe ser interpretada como un encarnizamiento terapéutico. Y menos aún cuando el reanimado es un bebé prematuro. El diario "Osservatore Romano" denuncia la tendencia de muchos médicos a no reanimar a los bebés prematuros, cuando se descubren anomalías o enfermedades después de su nacimiento. Se les niega algo que a ningún ser humano se le haría. Los médicos se erigen en jueces de quién tiene que vivir y quién no. (Tomamos la notica de ABC.es)
El 'Osservatore Romano', el diario oficioso del Vaticano, ha denunciado la "alarmante" tendencia de los médicos a no reanimar a los neonatos prematuros que nacen con graves patologías, en base a un informe publicado recientemente por la revista 'Archives of Disease in Childhood'.
El artículo llama la atención sobre la filosofía "postmoderna" que se esconde detrás de esta tendencia y según la cual, el derecho a la vida cede el paso a su calidad". Este es el criterio por el que muchos médicos, en todo el mundo, dejan de reanimar a los niños prematuros con problemas, a pesar de las posibilidades que todavía existen de que sobrevivan, señala.
Se trata de un fenómeno "alarmante" ya que, según advierte, "no sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla" sino que "corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación", advierte.
"Al contrario de lo que piensan algunos, intentar la reanimación no puede considerarse un encarnizamiento terapéutico, teniendo en cuenta, además, que en el momento del nacimiento, todavía no se tiene certeza del pronóstico médico. De hecho, a ningún adulto se le suspendería el tratamiento si el pronóstico no fuera cierto", añade.
«No sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla» sino que «corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación»
El diario oficioso del Vaticano también subraya que "nadie se negaría a reanimar a un adulto para 'aligerar' el peso a los familiares", tal y como sucede en muchos casos de neonatos prematuros a los que se les deja morir. Así, considera que "se trata de elegir entre si tratar a los neonatos como ciudadanos o subordinar su tratamiento a nuestros miedos y al mito de la 'calidad de la vida'".
El artículo llama la atención sobre la filosofía "postmoderna" que se esconde detrás de esta tendencia y según la cual, el derecho a la vida cede el paso a su calidad". Este es el criterio por el que muchos médicos, en todo el mundo, dejan de reanimar a los niños prematuros con problemas, a pesar de las posibilidades que todavía existen de que sobrevivan, señala.
Se trata de un fenómeno "alarmante" ya que, según advierte, "no sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla" sino que "corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación", advierte.
"Al contrario de lo que piensan algunos, intentar la reanimación no puede considerarse un encarnizamiento terapéutico, teniendo en cuenta, además, que en el momento del nacimiento, todavía no se tiene certeza del pronóstico médico. De hecho, a ningún adulto se le suspendería el tratamiento si el pronóstico no fuera cierto", añade.
«No sólo priva de una oportunidad a quien podía tenerla» sino que «corre el riesgo de plantear la futura discapacidad o el interés de un tercero como criterio para la reanimación»
El diario oficioso del Vaticano también subraya que "nadie se negaría a reanimar a un adulto para 'aligerar' el peso a los familiares", tal y como sucede en muchos casos de neonatos prematuros a los que se les deja morir. Así, considera que "se trata de elegir entre si tratar a los neonatos como ciudadanos o subordinar su tratamiento a nuestros miedos y al mito de la 'calidad de la vida'".
1 comentario:
La única indicación para no realizar la Reanimación Cardio-Pulmonar, es la muerte cerebral.
En el resto de casos, nadie es juez para determinar quien merece vivir o quien no.
Gracias y bendiciones
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